LA INVASIÓN DE LOS JUGUETES

Seamos sinceros, quien más y quien menos al contemplar todas y cada una de las estancias de la casa repletas de juguetes, ha cerrado los ojos por unos instantes visualizando una casa limpia, en orden y sin trastos por doquier.

 Pues bien, os haré spoiler, ese deseo se cumplirá con los años y entonces echareis de menos todo aquel barullo.

 Los niños son niños, tienen que jugar, expandir su reino formado por decenas de juguetes y cientos de cachivaches, tales como tapones de leche, gomas elásticas, palillo, piedras, trozos de cosas indefinidas que una vez fueron algo, es decir todo aquello que se han ido agenciando de aquí y de allá.

También deben aprender a recoger y ser ordenados pero con mesura. 

 Bajo nuestro punto de vista, hay dos premisas muy importantes cuando hablamos de juguetes y niños:

  •  Un niño siempre tiene que tener parte de sus juguetes a la vista aún cuando no esté jugando, ya que es su bien más preciado, no debemos meterlo todo en cajas y a su vez en armarios, en nuestro afán por esconder y poner orden.
  •  Un niño será niño hasta que decida dejar de serlo y no hasta que lo decidamos nosotros. No entendemos el afán de algunos padres por recortar su infancia. A cuantos padres hemos escuchado la cantinela de: ¨ya son mayores y es hora de que dejen de jugar, así que les he dicho que para su cumple o para reyes ya no pidan juguetes¨, o aquellos que directamente han hecho limpia en su habitación, haciendo desaparecer los juguetes con el  fin de encontrar hueco para el pupitre o el armario con más ropa.Seamos sinceros; ¿Quién toma la decisión?, ¿los padres o los niños?.

Ser niño es el momento más mágico de nuestra existencia, se abre una ventana a un mundo único y especial.

Eso no sólo significa hacer feliz a un niño, si no también contribuir al desarrollo de su imaginación, resolución de problemas, hacer un guiño a su espontaneidad, en fin tantas cosas que contribuyen a su bienestar y a la formación de una personita completa y llena de luz.

 No les privemos de ello, ya que flaco favor les estaríamos haciendo tanto a ellos, como a nosotros en nuestra labor de padres y educadores.

 Una vez tengamos claras estas premisas, demos vueltas a como abordar la que se nos viene encima cuando tengamos pequeños/as en casa…

¡La invasión de los juguetes!.

 Cuando vas a una casa con niños/as y no ves ni un sólo indicio de su existencia en forma de juguetes, salvo en su habitación o cuarto destinado a ellos, sientes una sensación de frialdad, tal vez de tristeza.

 Aunque la casa sea grande y su habitación espaciosa, entrando sin problemas todos los juguetes en ella, concedámosles tener algo en el salón, que sientan que también es su territorio, sin perjuicio de que pactemos con ellos el mantenerlo recogido en un cierto orden.

 La mayoría de los juguetes hoy en día son increíbles. Recrean hasta el más mínimo detalle la realidad de un barco, una casa o un castillo.

El problema que llevan aparejado es que la realidad la llevan hasta tal extremo, que tienden a reproducirlos no en escalas originales pero ¨casi¨.

 También hay juegos de construcciones impresionantes (aunque en nuestra opinión dejan poca cabida a la imaginación ya que vienen con instrucciones al detalle sobre como armarlas), cuando las terminan de armar es desaconsejable destruirlas, ya que cada pieza está pensada para un lugar concreto y rehacer la construcción se puede convertir en una misión imposible desanimando, al pequeño/a a volver a jugar con ella.

Todos estos juguetes, como hemos comentado, o son de un tamaño desproporcionado o no se pueden guardar desarmados, por ello serán los primeros que tengamos en cuenta a la hora de organizar.

 Lo más aconsejable son los muebles modulares con una superficie lisa y a la altura del  niño/a para que puedan manejar in situ los juguetes. No olvidemos que son muy grandes y que suelen desarmarse con bastante facilidad, por ello cuanto menos los movamos mejor.

 El suelo es del todo desaconsejable, ya que es una fuente inagotable de polvo y suciedad. Una cosa es que el niño juegue en el suelo con los juguetes y luego los recojamos y otra muy distinta, que se queden allí perennes cogiendo bacterias, al margen de la dificultad añadida de limpiar suelo y juguete.

 Podemos acomodar una mesita, más o menos grande según el tamaño del juguete y del pequeño/a.

Venden mesas específicas, de muchos colores, tamaños y formas que están genial para ellos, siempre que tengamos espacio y dinero claro.

¿Qué os parece una mesa plegable de camping?, son una muy buena solución y seguro más barata. Podéis pintarla o ponerle un bonito tapete de colores alegres. Lucirá igual y a vuestro/a peque le encantará, sobre todo porque será fácil regularla a su altura. .

Si acoplamos la mesa en el comedor, podrá jugar con su casita, castillo o construcción mientras leemos tranquilamente un libro, sin perderles ni un momento de vista.

 No se trata de tener un salón impoluto, sino que se respire hogar por los cuatro costados y eso lo dan con creces los más pequeñines de la casa.

 El resto de juguetes, más pequeños y desmontables, podemos guardarlos en cajas y recipientes, comprados o ideados para tal fin.

Si tenemos muebles modulares o estanterías les buscaremos espacio en ellos, si no tendremos que pensar otras opciones como debajo de la cama o dentro de los armarios.

 En las cajas se pueden meter los juguetes por tipos o por mayor frecuencia de uso. Dentro de las cajas podéis hacer subdivisiones en cajitas más pequeñas, por ejemplo en caso de muñecas y complementos o construcciones con distintas piezas, a veces les divierte más colocar por cajitas que realmente jugar con ello.

Al margen de que al estar todo organizado, cuando vaya a jugar les será más fácil encontrar las cosas y comenzaremos a plantar la semillita de la organización en su quehacer diario.

Podemos poner en cada cajita divertidas pegatinas con su contenido para que sea más visual y entretenida la hora de recoger.

 Dos ideas más, en nuestra opinión importantes:

  •  Salvo que hablemos de pequeños/as de muy corta edad, es importante que participen y sobre todo se valoren sus decisiones sobre la organización y colocación de los juguetes, al fin y al cabo son suyos.
  • A veces no se puede tener todo a mano por falta de espacio y por higiene mental del pequeño, por ello un buen truco en hacerse con cajas de almacenaje para guardar algunos juguetes e ir rotándolos periódicamente. Cuando tienen muchos a la vez se bloquean, no saben a que jugar y acaban tumbados en el sofá sin saber que hacer. Haced la prueba, guardad algunos juguetes y dejad a mano un número menor de ellos, veréis como juegan más incluso con aquellos que tenían arrinconados y no hacían ya ni el menor caso.

 Menos es más y los niños disfrutaran muchísimo redescubriendo los juguetes guardados.

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar