ORGANIZANDO EL APARADOR/VITRINA

Antes de leer esta entrada es necesario cumplir una regla a rajatabla para poder sacar el mayor partido a nuestras palabras:

Leáis lo que leáis y aunque sea difícil resistirse a la tentación de abrir puertas y cajones, es fundamental que no lo hagáis hasta que nosotras os lo propongamos a lo largo de la entrada.

Disponer de un aparador o vitrina en el comedor resulta muy práctico, a la par que elegante.

Distingamos entre:

  • Aparador: Cerrado, sin objetos a la vista.

  • Vitrina: Todos los objetos a la vista.

Hay muchos tipos de vitrina y sus utilidades son múltiples: desde guardar objetos de coleccionismo, trofeos o simplemente objetos de decoración.

En esta entrada sólo nos referiremos a su uso para guardar y exhibir vajilla, cristalería, juegos de café y objetos por el estilo.

  • Aparador con vitrina: Sistema mixto para guardar objetos, una parte visible y otra oculta a la vista del observador.

Normalmente se suelen utilizar para guardar los juegos de vajilla, café y cristalería más lujosos, aquellos que sólo utilizamos en momentos especiales o que provienen de regalos o legados especiales.

Lo primero que tendremos que hacer cuando hablemos de este mueble es distinguir entre la parte visible (vitrina) e invisible, es decir oculta (aparador).

Es importante conjugar en su organización: practicidad, conservación y decoración.

Podemos dedicar mil entradas a sugerir formas de colocar la cristalería, por ejemplo, o la vajilla para evitar desmoronamientos que provoquen deterioros en sus piezas. Pero en este caso lo que vamos a tratar en profundidad es el aprovechamiento de espacio en relación a estos objetos evitando o no, mezclarlo con otros.

APARADOR: OBJETOS ESCONDIDOS A PRIMERA VISTA

El problema de los aparadores es que en cualquier momento dan pie a guardar todo tipo de objetos.

Cajones que abren y cierran y que, por arte de birlibirloque, guardan en su interior lo que que no tiene un lugar previamente asignado, o que en un momento puntual no sabemos que hacer con ello, es demasiado tentador a la par que peligroso para nuestra organización.

Un cargador, un detalle de nuestros hijos, tijeras, velas, un vaso publicitario de la pizzería de los viernes…podríamos seguir así hasta el infinito.

Esto no significa que no se puedan guardar más cosas que las nombradas anteriormente, al contrario, todo es válido si supone conseguir espacio extra y un perfecto orden en vuestra organización del hogar. Pero si sería importante seguir dos normas, ¿qué os parece si las llamamos a partir de ahora las reglas del aparador?

  • No importa lo que guardéis en su interior, siempre que dote de espacio y orden a vuestra organización.
  • Puede ser un buen recurso cuando la casa es pequeña, no os importe hacer un uso diferente al habitual si os aporta un extra de espacio.
  • Recordad, limpieza requiere orden y orden requiere organización por tanto, intentad guardar las cosas con criterio, si echáis mano de cajas de almacenaje y útiles por el estilo, será más fácil evitar el amontonamiento gratuito de cientos de objetos dispares, favoreciendo su limpieza regular.
  • Si en una misma caja se almacenan objetos muy dispares y no sois capaces de relacionarlo con nada, corréis el riesgo de no recordar al cabo del tiempo su emplazamiento. Esto es muy similar a los famosos cajones de sastre de la cocina, donde suele haber de todo y no servir para nada.
  • Es muy recurrente pensar que, como solo lo abren las personas del hogar, cabe la opción de meter de todo y de cualquier forma.

Pasemos a realizar varios ejercicios prácticos para conocer de primera mano el estado de nuestro aparador y como podríamos mejorarlo:

Tal y como hemos dicho al principio, recordad que no podéis abrirlo hasta que os lo indiquemos en la entrada.

Prepararos un cafecito, chocolate o infusión, sentaros tranquilamente en el lugar más cómodo y apacible de la casa y cogiendo lápiz y papel (esperamos que lo tengáis a manos sabiendo donde encontrarlo, os remitimos a nuestra entrada TIEMPO DE ESCRIBIR), disponeros a enumerar todos los objetos que contiene vuestro aparador. Puede que haya varios de la misma clase, por ejemplo los cargadores de móvil y consola, así que tratad de ser precisos detallando todos y cada uno de ellos.

¿Cómo están dispuestos en el aparador?

Sueltos, en cajas de almacenamiento, en las originales del objeto, encima de platos, dentro de vasos y tazas…¡Ufff! ¡cuantas opciones!

¿Con que frecuencia limpiáis su interior y cuanto tiempo os lleva hacerlo?

Ha llegado el momento de comprobar vuestras respuestas.

Ya podéis abrir vuestros aparadores y verificar si lo que hay en el listado se ajusta a la realidad. Es probable que os encontréis con más objetos de los apuntados, eso ya os dará una pista del problema que supone acumular objetos muy dispares sin control, ni orden ninguno, muchas veces tan sólo por quitarlo de la vista en ese momento y después, como suele decirse ¨reseteamos la mente¨ y nos olvidamos de su existencia.

Ahora pasad el dedo por los estantes, ¿Qué tal esa limpieza?, hay que tener en cuenta:

  • Al estar cerrado no entra tanto polvo por tanto, no es necesario una constante y profunda limpieza.
  • Si atrapamos al vuelo la idea de juntar en cajas o recipientes aquellos objetos que sueltos suponen un engorro y una pérdida de tiempo, ya tenemos media limpieza hecha.
  • Hay objetos como la vajilla, que suelen estar sueltos o sobrepuestos unos sobre otros, depende del tipo de vajilla y las dimensiones, pero cabe la posibilidad de incluirlo en cómodas cajas que nos permitan su desplazamiento por el estante de la vajilla para la limpieza de las superficies.

VITRINA: EL ESCAPARATE DE NUESTRO COMEDOR

Vamos a partir de una idea clave, lo dicho para el aparador nos puede valer para la vitrina, ¿por qué?, porque en el fondo buscamos lo mismo: organización, orden y limpieza.

Dicho esto, es claro que tenemos que hacer algunos matices:

Si nuestra casa es pequeña, al igual que hicimos con el aparador, podemos servirnos de la vitrina como lugar de almacenamiento, pero en este caso y dado que todo estará a la vista, será necesario ser más cuidadosos en el almacenamiento y en el resultado final, visible para todo el mundo.

Se trata de no colmatar los estantes con la finalidad de que visualmente quede agradable y no dé la sensación de ¨horror vacui ¨

Pongamos un ejemplo: Si tenéis parte de la cristalería expuesta, evitad la tentación de rellenar una copa con las sombrillitas con palillo que sobraron de la última fiesta, las pajitas de refresco, los palitos de sushi, los palillos para el picoteo o los más que útiles detalles para servir el vino.

Separad estos objetos para introducirlos en una caja de almacenaje, pero no los dejéis tal cual en una copa o vaso a la vista.

Como hemos dicho al principio de la entrada, las vitrinas tienen decenas de usos y en su interior pueden albergar objetos de lo más variopinto pero aquí, nos estamos centrando en vajillas, juegos de café y cristalerías, lo que no significa que podamos intercalarlo con otro tipo de objetos como marcos de fotos, cajas antiguas, algunos libros, pequeñas macetas…usad la imaginación y sobre todo, que os guste y convenza a vosotros.

Recordad que la casa tenéis que ponerla siempre a vuestro gusto, porque si os gusta a vosotros les gustará a los demás. Y sobre todo, tened presente que una vitrina es un pequeño agujerito de vuestra casa abierto a todo el mundo por tanto, hablará de vosotros, de lo que os gusta, como sois, preferencias, estilos…

Una buena idea es que os fijéis en las vitrinas de cafeterías y restaurantes, se ha puesto de moda para ambientar el local conjugando distintos estilos vintage, moderno, viajes, librerías…así que podría ser un buen punto de partida para darle un aire distinto a la vitrina, aunque eso sí, sin perder en ningún momento vuestra propia identidad.

La limpieza es fundamental, porque aunque están cerradas, visualmente el polvo va a ser más evidente que en un aparador además, muchas veces el material del estante sea cristal o tipo espejo hace que la suciedad parezca multiplicarse de forma exponencial. De ahí la necesidad de no colmatar los estantes, lo que nos permitirá un práctico movimiento de objetos, pudiendo así pasar de forma frecuente un paño para retirar el polvo con facilidad.

Aquí también, aunque tengamos todo a la vista, podemos hacer un listado con todo su contenido y valorar la organización de la vitrina.

Bueno no siempre está todo a la vista, las tazas de café suelen ser pozos sin fondo de tornillos, clips y demás cachivaches que nos vamos encontrando e introducimos ¨hábilmente¨ en una taza, porque no transparenta su contenido, con el fin de revisarlo más tarde y ver de donde procede.

Huelga decir que esa revisión nunca llega, nos olvidamos de ello, no volviendo a tener noticias del pequeño objeto hasta que tenemos un evento y sacamos las tazas de café repletas de cachivaches. En serio, ¿nunca os habéis visto en esa situación?

APARADOR Y VITRINA: VISTO Y NO VISTO

Si tenéis la ventaja de tener un mueble con una parte a la vista y otra escondida se pueden organizar de manera más óptima los objetos a los que estamos haciendo referencia: vajilla, cristalerías, etc. ya que podéis destinar una parte a almacenaje y otra a exhibición.

Aquí entraría a colación todo lo dicho hasta ahora, sobre aparadores y vitrinas. Pero podemos aportar algunas ideas más, que harán de vuestro mueble, un elemento imprescindible de organización y por qué no, también de decoración.

No colmatéis la vitrina con interminables juegos de café, cristalerías o vajillas infinitas, dejar sólo una pequeña muestra para su exhibición , almacenando el resto en el aparador.

Daos cuenta que en la vitrina por ejemplo amontonar en kilométricas pilas las tazas de café, no quedará bien, por tanto lo que podemos hacer es exhibir sólo varios platillos y tazas de forma ordenada (cada taza encima de su plato) y puestos con gusto encima, por ejemplo de un libro tumbado con el lomo bonito o de una pequeña caja estilo vintage y el resto del juego almacenarlo en el aparador de forma más eficiente para ahorrar espacio.

Con la cristalería ocurre lo mismo, no hay nada más aburrido que ver interminables hileras de copas en un estante, que además suele ser espejo o cristal. Toda su belleza u originalidad en el tallado se pierde en el anonimato de extensas filas colocadas una detrás de otra.

La vitrina os permite lucir vuestras copas, da igual si son cara o baratas, exclusivas o de supermercado, son vuestras y se merecen lucir y hablar de vosotros y vuestra forma de ser. Si la copa no es de bohemia, no importa, nosotros la convertiremos en un elemento único añadiendo algún tipo de decorado o detalle que la haga diferente, ¿una flor seca dentro, por ejemplo? Si tenéis varias juegos de copas distintos rotadlos, cada dos o tres meses podéis sacar uno y el resto apilarlo en el aparador.

LIMPIEZA Y DECORACIÓN

Hasta ahora hemos hecho mención a la limpieza de la vitrina y aparadores en cuanto a estantes y cajones, mencionando varias ideas para facilitar su limpieza:

  • Cajas de almacenaje
  • No colmatar los estantes para mover con facilidad los objetos.
  • Mantener a raya la presencia de cachivaches varios que dificultan la limpieza

Pero, no nos hemos referido a la limpieza de los objetos situados dentro este tipo de mobiliario.

Eso lo dejamos a vuestra elección, buscando por internet os encontrareis con decenas de métodos de limpieza. Casi todos parten de una previa planificación y unos plazos, más o menos rígidos, para limpiar este tipo de objetos.

Si ya nos conocéis un poquito sabréis que no somos muy partidarias de los métodos hechos a priori y los calendarios inamovibles.


Pues si ¨a cada persona su organización¨, entonces ¨a cada persona también su limpieza¨

Es claro que hay que limpiar con cierta frecuencia, sobre todo las vitrinas y su interior, por encontrarse de cara a la galería, pero tampoco hagáis de ello una obsesión o un deber ineludible en determinadas fechas. Si tenéis medianamente organizados estos muebles, tal y como hemos venido tratando en esta entrada, os será relativamente fácil su limpieza, planteároslo en pequeñas etapas y de poquito en poquito.

Y para finalizar una pequeña idea para hacer más llevadera su limpieza y los resultados de la misma:

Cuando hagáis la limpieza mas profunda de los objetos que tenéis en la vitrina plantearos un cambio de decoración: rotad la cristalería, los juego de café (ya sabéis, de ambos unos cuantos elementos a lucir a la vitrina y el resto a dormir plácidamente, bien organizados, en el aparador), cambiad el estilo con distintos elementos decorativos que no tienen que ser caros ni mucho menos, buscad por casa objetos que os gusten: una foto, una figurilla de alguna colección que hagáis, un regalo de vuestros hijos, una flor, un libro que adoréis, un objeto heredado de alguien que os evoca bellos recuerdos, (os remitimos a esta entrada RECUERDOS DE UNA VIDA, por lo útil que puede seros para dar ideas de decoración).

Si os fijáis en las revistas de decoración, cuando llegan las distintas estaciones nos presentan casas inspiradas en el verano, invierno, Navidad… y para ello utilizan pequeños detalles que en su conjunto, crean el ambiente deseado: mediante luces, tipo de colores, objetos que evocan la estación deseada como flores, piñas secas, textiles de materiales y coloridos determinados…

Vosotros podéis hacer lo mismo, jugar con vuestra vitrina para dar el aire a vuestro comedor que en ese momento os apetezca o que mejor refleje el estado de ánimo en el que os encontráis: viajero, zen, atrevido, divertido, con niños …os dejamos este enlace de una entrada del blog que tal vez os pueda orientar sobre la idea que queremos enfocaros: AIRES DE CAMBIO

Esperamos que esta entrada haya sido de vuestro gusto e interés, os animamos a dejarnos algún comentario, foto o sugerencia, ya que vuestro apoyo y palabras nos alientan a seguir creando contenidos, elevando nuestra creatividad y cálidad.

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