LOS LIBROS DESPIERTOS Y DORMIDOS

Uno de los objetos que posee la casa y con que mejor se puede identificar a las personas que habitan en ella, son los libros.

Asomarte a su librería es conocer sus gustos, sus hobbies, sus actitudes.

El problema de las casas pequeñas es que a veces los primeros en ser sacrificados son los libros por el enorme espacio que ocupan, afortunadamente y aunque no tenga ni punto de comparación, siempre nos quedará el ebook.

Cuando uno vive solo o en pareja es más fácil encontrar estanterías pobladas de libros, pero cuando la familia crece a veces es necesario desprenderse de la gran mayoría de ellos.

Si tenemos la opción de salvar al menos parte, podemos aprovechar algún hueco de la casa para situar una estantería y así disfrutar de su compañía.

Los techos altos nos pueden facilitar espacio para colgar unos estantes con libros, pero cuidado con ello, pues sí las estancias no son muy anchas, pueden ahogar el poco espacio que tenemos y dar sensación de pasillo con el consiguiente agobio. Al margen de tener en cuenta la incomodidad que supone alcanzar los libros y limpiar en altura.

Hay estanterías tipo módulo en horizontal que nos proporcionan varias utilidades: colocar libros, disponer de su superficie para acoplar otros objetos e incluso separar dos ambientes en una estancia, dando sensación de amplitud.

  • Es una obviedad decir que los libros hay que cuidarlos. No se puede intentar colocar en fila más libros de los debidos por ganar espacio, ya que corremos el riesgo de que se estropee la encuadernación.
  • Tiene que haber suficiente espacio entre ellos para sacarlos con facilidad, sin necesidad de tirar de ellos, así estaremos seguros de que el libro respira y no queda aplastado entre el resto.
  • Intentad no colocarlos en vertical, el peso de los superiores repercutirá en los de abajo, aunque a veces no nos quedará más remedio si queremos conservarlos y no tenemos hueco.
  • En este caso poned libros no muy pesados, por ejemplo de bolsillo y de vez en cuando variad el orden, para que no sean siempre los mismos los que sufran el peso.  Usad solo la verticalidad cuando no os quede más remedio.

Si estáis pensando en añadir motivos decorativos o fotos a la estantería o módulo, probad a intercalar entre los grupos de libros, quedará original y romperá la monotonía de una hilera demasiado larga de libros.
No los pongáis delante, pues impedirá ver su lomo y es un muy triste taparlos, ¿no creéis?. Si los tenéis es porque os gustan y si os gustan, carece de sentido que estén escondidos detrás de una foto o estatuilla.

Organizar y colocar los libros es una de las fases más divertidas de vuestra organización de la casa.

Veamos algunos aspectos:

Volumen de libros:

Quizás sea el tema más complejo a la vez que absurdo que podemos plantear.

Si tenéis un número más o menos grande de libros, dependerá de: si os gusta poco o mucho leer, si hay una temática que interesa en concreto o simplemente, si el paso del tiempo os ha dado la oportunidad de ir formando una extensa biblioteca.

El número de libros vendrá en gran medida condicionado por el espacio, no por absurdos ratios que os podáis imponer.

A lo largo de los años vuestros gustos y necesidades van cambiando, pero eso no significa que os tengáis que desprender de aquellos libros que en el presente no utilicéis.

Bajo nuestro punto de vista, lo que va a regir, a parte del dichoso espacio, es que tengáis una necesidad de tener más a mano unos libros u otros.

Partiendo de esa base os proponemos una tarea, en vez de hacer una criba de libros, hagamos un repaso de los huecos que disponemos en este momento y después tomaremos una decisión al respecto.

Bien es cierto que, para facilitar la labor, si podéis desprenderos de aquellos libros que desde el principio sabéis positivamente que no vais a leer, porque nunca os interesó el tema y sin embargo en un momento llegaron a vuestras manos, por ejemplo al ser un regalo.

Aún así tened sumo cuidado, pues los gustos cambian y en un momento dado os puede apetecer leer un libro que a priori no tenía ningún interés para vosotros.

También podéis decir adiós a los títulos duplicados o aquellos libros que estén completamente destrozados. 

Respecto a este último punto del estado físico de los libros, plantearos primero su valor económico o sentimental y valorar la opción de repararlos.

Hay veces que de tanto leer un libro lo tenemos completamente ajado, podría ser tan fácil como ir a la librería y comprar un ejemplar igual, pero en perfectas condiciones e incluso en una edición de tamaño más reducido.

Sin embargo a veces le tenemos tanto cariño por acompañarnos en tantas batallas, que nos gusta ese y no otro por muy estropeado que esté. En ese caso no os deshagáis de él ya que con toda probabilidad os acompañará el resto de vuestra vida.

¿Cómo me organizo si no quiero desprenderme de ellos?

Una premisa inicial, dura pero real, el espacio es el que es y aunque la organización veréis que obra milagros, no tanto como para crear espacios nuevos donde acoplar absolutamente todos vuestros libros.

Conforme a lo que hemos visto en el apartado anterior respecto al volumen de libros, pasemos a la segunda acción: crear dos bloques de libros.

Los que utilizamos con asiduidad en este momento por placer, interés o necesidad profesional y los que en la actualidad tenemos dormidos por falta de uso, que no por falta de aprecio y cariño hacia ellos.

Los libros dormidos

¿Qué podemos hacer con ellos?.

Las personas cambiamos de ropa, y la que no utilizamos por no ser de temporada o por un desajuste de talla, tendemos a almacenarla en cajas y buscarla un emplazamiento en la casa para guardarla.

¿Por qué no hacer igual con los libros?

Sabemos que la ropa y los alimentos son esenciales para nuestro día a día, pero tratemos también de buscarles  acomodo y sólo de no poder ser, despidámonos de ellos.

Si prevéis que no vais a utilizarlos durante un largo tiempo colocadlos de forma ordenada en cajas que podáis guardar en el armario o en el canapé.

Cuidado, las cajas de libros pesan mucho, así que aprovechad los bajos del armario para almacenarlas, nunca las depositéis en  la parte superior.

De vez en cuando sacadlos y echad un vistazo a la caja, comprobando que está en perfectas condiciones.
Hojead entre las páginas de los libros, pues no es raro que a veces encuentren acomodo en ellas diversos insectos, como los pececillos de plata, que acabarán estropeándolos.

Recordad que aquellos libros que decidáis guardar sólo están dormidos, así que tratadlos con mimo, ya  que están esperando el momento de volver a salir y de nuevo haceros compañía.

Los libros despiertos

Toca el turno de decidir qué hacer respecto de los libros que, por uno u otro motivo, queréis tener a la vista.

Ya hemos barajado algunas opciones, como los estantes en la pared, las estanterías altas o las horizontales modulares.

También hemos hecho referencia a intentar buscar siempre la verticalidad a la hora de colocarlos y respetar un mínimo espacio entre uno y otro para que no se estropeen.

A veces estos muebles no nos dan el suficiente espacio que necesitamos para tenerlos todos  a mano.
Una buena opción es buscar pequeños huecos dentro de los armarios.
En algunos estantes tenemos cajas de almacenaje con ropa u otros objetos que no utilizamos con asiduidad, probad si la anchura os lo permite a llevarlos al fondo y delante colocad una fila de libros.
Es una buena manera de aprovechar pequeños espacios, logrando tener los libros a mano y dando un toque de originalidad a los armarios.

Hay gente afortunada que puede disponer de una habitación con estanterías interminables de libros y acomodarla como sala de lectura.

Pues bien si es el caso, aún teniéndola os aconsejamos repartir algunos de esos libros por toda la casa. En el mueble del salón, el dormitorio o una pequeña repisa en el pasillo.

Los libros siempre suman nunca restan, dan calidez, queda bien y os gustará contemplarlos por toda la casa.

¿Cómo los agrupamos?

Ante esta pregunta, primero una observación.

Hay gente que le gusta cuida milimétricamente la simetría con la altura, el color y la encuadernación de los libros en su estantería. Es una forma de colocar elegante y sin duda da sensación de orden en nuestra casa.

Pero los libros son caos, arrebato, mueven sentimientos, activan nuestra mente y no merecen ser tratados con tanta monotonía.

Podéis colocarlos como sí de una biblioteca se tratase, ordenar por géneros y dentro de estos por autores o por temática. Pasareis un buen rato entretenidos con su ordenación y al final os quedará un resultado espectacular y muy práctico.

Otra opción es dejarnos llevar por el corazón y establecer un orden, que sólo vosotros sepáis descifrar por nivel de preferencia y uso de cada libro.

Uno de los principales fallos en general en la casa y de forma particular en la organización de los libros, es buscar la complacencia de los demás en vez de complacer primero a los dueños.

De aquí podeos extraer una de nuestras premisas:

Organizad y decorad vuestra casa siempre hacia dentro nunca hacia afuera
Porque si a vosotros os gusta, seguro también les gustará a los demás.

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