TIEMPO DE ESCRIBIR

Esta entrada va dirigida a los nostálgicos de la escritura, a los que todavía tienen por casa varios bolígrafos dispersos y de vez en cuando echan mano de ellos para anotar un número de teléfono, una dirección o la lista de la compra.

 Entendemos que las nuevas tecnologías han venido para  quedarse y, salvo en el caso de que teletrabajes o seas autónomo con la oficina en cuestas, tiendas a sustituir la escritura por el móvil, la tableta y las plataformas de los colegios, tan útiles para firmar de forma digital las notas y autorizaciones de nuestros hijos.

 Pero, aún siendo sólo por nostalgia, utilizarlos nos demuestra que no todo en este mundo va por ondas, que no hay nada más placentero que dejar volar la imaginación garabateando una hoja mientras esperamos que nos busquen un teléfono o nos citen con el médico.

¿Eres de los que hacen en las esquinas florecitas, dibujan tipo cubo o trenzan rayas?

 Para todos vosotros os dejamos unas ideas, que en una casa invadida por la tecnología, aportan calidez, aire a un pasado no tan lejano y un toque de originalidad entre tanto metal.

 Hoy vamos a hablar de la pequeña papelería, esos objetos que todos tenemos por casa y tienden a esconderse en el momento más inoportuno. Hagamos un repaso de aquello que más solemos usar: bolígrafos,  clips, notas adhesivas, block de notas…

Se puede optar por guardar todo junto o hacer una selección en función de su frecuencia de uso, dejando a la vista lo que utilicemos más a menudo.

 Parémonos a pensar, por ejemplo donde sería más cómodo tener algo a mano con que escribir: 

  • Cerca del sillón donde solemos sentarnos plácidamente, mientras hablamos por teléfono al tiempo que apuntamos una dirección, un teléfono o una cita médica.
  • En la cocina, para apuntar la lista de la compra semanal o un recordatorio de algún producto que está a punto de acabarse.
  • En el mueble de la entrada, para firmar la autorización del colegio de tu hijo que acordó en el último instante justo al salir de casa.

Tenemos entonces tres puntos clave donde podéis utilizar un bolígrafo: cerca del sillón, en la cocina y en el mueble del recibidor.

 Veamos donde podemos guardarlos, lo sé, igual estáis pensando que es una nimiedad, algo insignificante que no merece ni dos minutos de vuestro ocupado tiempo, pero somos de la filosofía de que en vuestra casa todo cuenta y cualquier detalle, al margen de ser la organización que buscamos, supone un reto a vuestra decoración, a dar rienda suelta a la imaginación y a conseguir que cada objeto, por pequeño que parezca, sea especial en vuestra casa.

 Nuestra primera opción, más obvia, sería un portalápices:

  • Si tenéis niños seguro que alguno os lo habrá confeccionado por ¨el día de…¨; es el momento de presumir de peque, no guardéis sus detalles en un cajón, aprovechad para utilizarlos y que ellos se sientan orgullosos de su obra, tal vez si no os convence cuando sean más mayores será hora de almacenarlos o dárselos a ellos como recuerdos de su infancia.

  • Si no es el caso, podéis hacer una manualidad con ellos, una perfecta excusa para pasar ese tiempo que tanto nos gusta estar con nuestros hijos.
  • Si no hay regalos, ni peques, no os preocupéis tenemos más opciones, los más holgados de dinero pueden adquirir uno o más según lo necesiten, los hay muy originales y no suelen ser muy caros.

  • Para el resto, tampoco hay excusa, se puede comprar uno sencillo sin adorno alguno y reproducir con él alguno que os parezca chulo, solo hace falta un poco de tiempo y maña.

  • Y si de maña se trata podéis incluso reciclar algún envase vacío que ande por casa y probar a tunearlo. Una buena ocasión de reciclar, al tiempo que le damos a la imaginación y no sufre nuestro bolsillo.

200

  •  Otra opción sería dentro de una taza. A veces los familiares o los amigos nos regalan tazas personalizadas con una foto, una frase original o un divertido dibujo.

En la mayoría de los casos, las acabamos dejando arrinconadas en cualquier vitrina o escritorio cogiendo polvo, porque nos da miedo utilizarlas y que se nos acabe borrando el grabado con el agua o el lavavajillas.

Pues llegó el momento de usarlas, será una manera útil de lucir un regalo y de paso acordaros de quien os lo regaló, cada vez que la uséis.

Con todas estas opciones que os hemos dado hemos conseguido que un objeto, a priori insignificante, pueda adoptar un papel protagonista, allí donde lo pongáis, bien sea un mueble o un rinconcito de vuestra hermosa casa.

Recordad siempre: Menos es más.

 Y por favor olvidaros de utilizar el ¨recuerdo de…¨, algo que a menudo encontrareis por casa y que nunca sabéis muy bien que hacer con él aunque penséis que es horroroso (en este punto os remito a la entrada ¨Recuerdos de una vida¨, tal vez os sugiera que hacer con él).

Siempre y cuando claro, no os guste porque de lo contrario utilizadlo sin reparo y lucirá tan bonito como os parezca a vosotros. 

 En la cocina utilizad cualquiera de las opciones que hemos dicho o decantaros por una pizarra magnética en la nevera, suelen venir acompañadas de un soporte para el rotulador de tinta borrable.

Son muy divertidas cuando hay niños, tienen el inconveniente de correr el riesgo de llevar apuntados un montón de productos para comprar y cuando vais a echar mano de ella no quede nada sin borrar y tengáis en su lugar un divertido dibujo o la prueba evidente de que por fin, se saben las letras del abecedario.

Otro inconveniente es que lo acabemos utilizando para otros menesteres, por ejemplo un mensaje positivo para que lo lea tu pareja cuando abre la nevera en busca de un zumo, una cita que leímos en algún sitio y nos llena de plenitud.

 En fin, resulta que también puede ser útil aunque no sea para nuestro fin inicial: la cesta de la compra.

También podéis adquirir una pizarra con rotulador borrable que no sea magnética y decorar los bordes. Podéis pintarla del mismo color que el acabado de la cocina o cubrirlos con cinta adhesiva de colores, formas geométricas o dibujos variados. Le dará a vuestra cocina un toque desenfadado, seguro.

 En la cocina ya está solucionado por partida doble el problema: tenemos bolígrafo o rotulador y soporte donde escribir.

 Nos queda por darle vueltas al papel donde escribir en el resto de lugares.

Ya que estamos con el reciclaje os sugerimos hacer acopio de todas esas viejas hojas escritas solo por una cara (ojo cuidado que no contengan ningún dato sensible que sea aconsejable romper, como un número de DNI o una cuenta bancaria) y con algo de paciencia recortadlas todas del mismo tamaño  sujetadlas con un clip o pinza graciosa que tengáis por casa (si no tenéis y sin querer abusar de vuestra maña, podéis coger una pinza de la ropa o un clip que no sea demasiado fino y tunearlos).

 Hagamos una mención final a los enamorados de la  papelería y sobre todo de los papeles adhesivos de mil colores, formas y tamaños que tienden a dejarlos prendados por toda la casa. ¡Mirad que instrumento tan útil a la par que decorativo podéis utilizar!.

Si además os gusta el material de papelería y le sacáis utilidad, reunid lo menos prioritario en una bonita caja de cartón o de metal (las de galletas, bollos y pastas suelen ser muy originales, sobre todo en Navidad) y ponedlo en un cajón, en el escritorio, o si queréis lucir la caja, encima de un estante usándolo como soporte, por ejemplo de un pequeño jarrón o para romper una monótona fila como separador de libros en una estantería.

 Como habéis comprobado, hasta las cosas más nimias nos pueden ser útiles, busquémoslas un buen sito en nuestra organización y así siempre las tendremos a mano. 

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