ORGANIZANDO BAJO LA LLUVIA

Adivina, adivinanza. ¿Qué objeto tenemos en casa que, cuanta más prisa tenemos en encontrarlo, más empeño pone en no aparecer?

¡Lo adivinasteis!

Primero hagamos un recuento de los que tenemos o creemos tener por casa, ya que es posible que más de uno tenga una tendencia innata a perderlos.

Lo aconsejable sería tener tres tamaños:

  • Un paraguas pequeño y ligero para llevar en el bolso o mochila, por si el día pinta gris o aunque brille un esplendido sol el parte meteorológico augure lluvias.
  • Un paraguas plegable, pero más grande y fuerte, que sea capaz de aguantar el viento y los chaparrones moderados.
  • Un paraguas grande para los días realmente desapacibles o para compartir entre dos si fuera necesario.

Había una vez dos hermanos chinos, que se apostaron inventar un artilugio para resguardarse de la lluvia. La hermana, de nombre Lu Mei ,ganó la apuesta construyendo un artilugio, precursor del paraguas, consistente en un bastón con varillas de bambú y tela entre ellas.

Lo cierto es que el paraguas parece ser inventado en China, allá por el sigo XI A.C., extendiéndose su uso a otras culturas , con la finalidad de servir de resguardo más del sol que de la lluvia.

Durante mucho tiempo caerá en desuso, siendo rescatado por caballeros, nobles y damas como signo de distinción y de clase.

Durante los siglos XIX y XX se fueron sucediendo distintos avances como el paraguas de bolsillo, el plegado automático, la mejora en la impermeabilidad y la mejora en la resistencia al aire. Mejoras que se siguen produciendo y que hacen del paraguas un elemento imprescindible en nuestras vidas.

¿Dónde guardarlos?

Paragüero

Lo ideal es contar con un paragüero en el vestíbulo para tenerlos siempre a mano antes de salir y entrar de casa, pero si carecéis de ello, pensemos otro lugar donde ubicarlo, por ejemplo  si disponéis de una pequeña terraza en la cocina o en el pasillo siempre que tenga suficiente anchura y no obstaculice el paso.

En caso de que vuestros armarios sean espaciosos o aún no siéndolo tengan huecos muertos incómodos para otros usos, podéis aprovecharlos para acoplar vuestro paragüero.

El paragüero es para guardar los paraguas, no para secarlos. Por tanto, si venís con él mojado, después de una jornada lluviosa, buscad un sitio donde podáis desplegarlo para que se seque en su totalidad y sólo entonces proceded a guardarlo.

Hay paragüeros muy prácticos ya  tienen dos espacios uno para los largos y otro más reducido para los plegables.

De este modo, no se mezclan en el fondo del paragüero pudiendo quedar enganchados por las varillas y correr el riesgo de acabar estropeándose.  Al margen de lo incómodo que resulta escarbar entre paraguas para encontrar el que queremos .

Si no tiene espacios separados  podemos intentar adaptarlo nosotros colocando un pequeño recipiente con gancho que haga las veces de paragüero pequeño dentro del  grande.

En caso de no disponer de paragüero

Si vuestra casa es pequeña o no dispone de un espacio adecuado para  ubicar el paragüero sin que resulte molesto, no os preocupéis veamos otras opciones tanto para paraguas grandes como plegables y pequeños.

  • Podemos  utilizar un barrita pequeña anclada a la pared para nuestros paraguas.
  • A veces entre el armario y la pared queda un espacio mínimo pero suficiente para colgarlos.
  • Puede que el propio armario nos de juego en alguna de sus paredes laterales o incluso en la parte interior de las puertas.

Hasta ahora estamos manejando la opción de guardar todos los paraguas juntos pero cabe la posibilidad de colgar los paraguas largos tal y como hemos visto y los plegables en un cestillo dentro del armario, en  una estantería o en el propio recibidor.

Puede ser bastante práctico a la par de elegante si elegís un cestillo vistoso o incluso si os atrevéis a decorarlo vosotros con pintura o tela.

Es conveniente tener una caja o cesta dentro del armario para descargar nuestro bolso cuando acaba la jornada facilitándonos la acción de coger otro al día siguiente y así mismo, sería un buen sitio para guardar nuestro paraguas de bolsillo, ¡una buena manera de tenerlo siempre localizado!

Al comienzo de la entrada hablamos de los tres tipos de paraguas que conviene tener en casa, añadamos uno nuevo ahora, el paraguas publicitario.

Ese que nos regalan en la farmacia, en la droguería o en el taller de coches. Acostumbra a llevar una marca publicitaria de forma bastante ostentosa y con colores llamativos en exceso, por lo que no suele despertar demasiado nuestro interés.

No perdamos de vista su utilidad. Una buena opción es llevarlo en el maletero del coche por si un día nos sorprende una tormenta pasajera.

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